miércoles, 22 de agosto de 2007

Ingenieros.


El viento que corre por grasos ventanales
mientras pasa la dama melancolia resoplando en mi cabeza,
acaricia mi cabello con su aliento frío,
congela el sentir, siembra retoños de episodios pasados.

El rey no inundó el aire,
no llegaron golondrinas,
la cabeza no tuvo sueños de agave,
tampoco hubo palomas de humo,
ni un adios, ni tal vez,
solo gracias, cuidados y buena suerte.

La gravidez de la carne nos vuelve vulnerables al alba.

Reforma congela con su brisa los cuerpos enfundados en casimir, poliester, satin y seda.
El asfalto voraz debora caucho, sueños,
combustible, amistades,
motores, compañeros,
agravios, manos tendidas.
Flamantes ingenieros que alimentan el hocico del absurdo.

Sueño?
No.
Es solo la carne que quiere cama, reclusión y canto;
el cuerpo que se revela ante las despedidas,
que añora faunas, farras, cátedras, desvelos,
viajes compartidos...

Muchos caerán en el cotidiano,
otros andarán por sobre abismos,
algunos rotarán, vagabundos errantes,
los misántropos buscarán sombras.
Lejanos seguiremos en pos de la vida..
Ingenieros al fin, evitamos panfletos y manifiestos.
Lo sabemos. Es todo.

Seguiremos en pie, seguimos siendo los de ayer,
cofrades, magos, malevos: FAMILIA!!

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